domingo, 13 de marzo de 2016

Práctica 2

Una breve autobografía audiovisual y literaria



Desde que alcanzo a recordar, siempre me ha atraído el mundo audiovisual. Si los regalos de Navidad que con más cariño recuerdo son la Game Boy Color y la Mega Drive, también he de decir que aprendí a leer con Zipi y Zape y Mortadelo y Filemón. Del mismo modo, me crié viendo Megatrix y una de las primeras películas que recuerdo haber visto en el cine fue una reposición de E.T.

Por todo ello, a día de hoy aún conservo una gran afición por los videojuegos y un gran respeto hacia ellos, en tanto que considero que pueden ser muy beneficiosos para el desarrollo del niño o niño o del o la adolescente. Pienso en particular en el Zelda, que pone en juego numerosas actividades cognitivas, estimulando la imaginación del jugador al mismo tiempo que le obliga a diseñar estrategias y seguir una historia narrada en inglés. 

En cuanto a los cómics, leo siempre que puedo. Puesto que son muy caros, a menudo recurro a los fondos de las bibliotecas, o hago intercambios con mis amigos. Aunque siento debilidad por la novela gráfica, me encantan los fanzines, y siempre que asisto a una convención o a una feria del libro, aprovecho para llevarme alguno de recuerdo y apoyar a aquellos que están intentando asomar la cabeza en un mundo tan difícil como es el del cómic. De la misma manera, gracias a la asignatura de Formación del lector he descubierto una nueva forma de enseñar literatura a través de álbumes ilustrados, y me llaman mucho la atención los cambios que se están produciendo en este sentido. Ayer, por ejemplo, asistí a un tuppercuento organizado por la asociación Va de cuentos con motivo de la IFeria del Libro Feminista, donde se presentaron títulos como La princesa rebelde, El libro rojo de las niñas, Las princesas también se tiran pedos, Familiario y ¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?, entre otros.




Dicho esto, aunque el género literario que más me atrae es el ensayo, siempre saco tiempo para leer alguna novela o libro de relatos, y suelo compaginar ambos. Ahora, por ejemplo, estoy leyendo El género en disputa, de Judith Butler, y una traducción al catalán de Los vagabundos, de Máximo Gorki. Siento una gran afición por la novela contemporánea y actual, no obstante, y en cuanto a ensayos, leo acerca de todo cuanto me despierta interés: historia, filosofía, economía, pedagogía, literatura, cine… En ese sentido, me considero una persona bastante curiosa.

En lo que respecta a las series, suelo aprovechar para ponerme al día cuando estoy de vacaciones, pero durante el resto del curso prefiero las películas, ya que los capítulos son cada vez más largos y me cuesta mantener la constancia. Sin embargo, veo de media una película cada dos días, y soy una asidua de las filmotecas. Asimismo, intento ir al cine siempre que puedo (sobre todo cuando se trata de pequeñas producciones), pero a menudo la distancia que separa mi casa del centro y el hecho de que las películas que me gustan no llegan a estrenarse me echan para atrás y acabo prestándolas de la mediateca (cuando ya tienen un tiempo) o viéndolas por Internet. Por el teatro siento una pasión parecida: me mantengo al día de la cartelera, y siempre que puedo me acerco al Teatro Principal o al Arniches.

De este modo, puedo decir que, como hija única que vive en un pueblo apartado, el mundo audiovisual me ha aportado muchísimo a todos los niveles, y que es por ello que trato de respetarlo, evitando en la medida de lo posible las descargas ilegales, fomentando su desarrollo mediante su difusión (a través de las redes sociales y el blog de cine que comparto con unos amigos: http://12criticossinpiedad.blogspot.com.es/) y comprando entradas, libros y discos.

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