Una breve autobografía audiovisual y literaria
Desde que alcanzo a recordar, siempre me ha atraído el mundo audiovisual. Si los regalos de Navidad que con más cariño recuerdo son la Game Boy Color y la Mega Drive, también he de decir que aprendí a leer con Zipi y Zape y Mortadelo y Filemón. Del mismo modo, me crié viendo Megatrix y una de las primeras películas que recuerdo haber visto en el cine fue una reposición de E.T.
Por
todo ello, a día de hoy aún conservo una gran afición por los videojuegos y un
gran respeto hacia ellos, en tanto que considero que pueden ser muy
beneficiosos para el desarrollo del niño o niño o del o la adolescente. Pienso
en particular en el Zelda, que pone en juego numerosas actividades cognitivas, estimulando
la imaginación del jugador al mismo tiempo que le obliga a diseñar estrategias
y seguir una historia narrada en inglés.
En
cuanto a los cómics, leo siempre que puedo. Puesto que son muy caros, a menudo
recurro a los fondos de las bibliotecas, o hago intercambios con mis amigos. Aunque
siento debilidad por la novela gráfica, me encantan los fanzines, y siempre que
asisto a una convención o a una feria del libro, aprovecho para llevarme alguno
de recuerdo y apoyar a aquellos que están intentando asomar la cabeza en un
mundo tan difícil como es el del cómic. De la misma manera, gracias a la
asignatura de Formación del lector he descubierto una nueva forma de enseñar
literatura a través de álbumes ilustrados, y me llaman mucho la atención los
cambios que se están produciendo en este sentido. Ayer, por ejemplo, asistí a
un tuppercuento organizado por la asociación Va de
cuentos con motivo de la Ia Feria del Libro Feminista, donde se presentaron títulos como La
princesa rebelde, El libro rojo de las niñas, Las princesas también se tiran
pedos, Familiario y ¿Hay algo más
aburrido que ser una princesa rosa?, entre otros.
Dicho esto, aunque el género literario que más me
atrae es el ensayo, siempre saco tiempo para leer alguna novela o libro de
relatos, y suelo compaginar ambos. Ahora, por ejemplo, estoy leyendo El género en disputa, de Judith Butler,
y una traducción al catalán de Los
vagabundos, de Máximo Gorki. Siento una gran afición por la novela
contemporánea y actual, no obstante, y en cuanto a ensayos, leo acerca de todo cuanto
me despierta interés: historia, filosofía, economía, pedagogía, literatura, cine… En
ese sentido, me considero una persona bastante curiosa.
En
lo que respecta a las series, suelo aprovechar para ponerme al día cuando estoy de vacaciones, pero durante el resto del curso
prefiero las películas, ya que los capítulos son cada vez más largos y me
cuesta mantener la constancia. Sin embargo, veo de media una película cada dos
días, y soy una asidua de las filmotecas. Asimismo, intento ir al cine siempre que
puedo (sobre todo cuando se trata de pequeñas producciones), pero a menudo la
distancia que separa mi casa del centro y el hecho de que las películas que me
gustan no llegan a estrenarse me echan para atrás y acabo prestándolas de la
mediateca (cuando ya tienen un tiempo) o viéndolas por Internet. Por el teatro siento una pasión parecida: me mantengo al día de la cartelera, y siempre que puedo me acerco al Teatro Principal o al Arniches.
De
este modo, puedo decir que, como hija única que vive en un pueblo apartado, el
mundo audiovisual me ha aportado muchísimo a todos los niveles, y que es por
ello que trato de respetarlo, evitando en la medida de lo posible las descargas ilegales, fomentando su desarrollo mediante su difusión (a través de las redes sociales y el blog de cine que comparto con unos amigos: http://12criticossinpiedad.blogspot.com.es/) y comprando entradas, libros y discos.
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