Me dejo muchas referencias y ejemplos, pero creo
que, a grandes rasgos, este desglose es el que mejor me define como lectora y
aficionada
Los géneros literarios que más me atraen o
que mejor definen mis gustos son las fantasía, la ciencia ficción y la novela
negra. Estos tres forman tres grandes estancos en los que la mayoría, por no
decir todos, los libros que he leído entrarían. Empezando por la fantasía soy
una devota de Laura Gallego y de casi todas sus novelas: la trilogía de Memorias de Idhun, la tetralogía de Crónicas de la Torre, Alas de Fuego y Alas Negras, Finis Mundi…Esta escritora
muestra una gran planificación tras sus obras, trabajo que se percibe en la
construcción sólida de los planteamientos de las historias y los personajes.
Otros autores que me encantan y que
deberían ser de lectura obligatoria son Lucía González, escritora de fantasía
paranormal y romántica e influenciada por la cultura asiática, muestra una
imaginación desbordante en cada una de sus obras, al igual que “ciertos rasgos”
que definen todas sus obras y dan cierto toque de familiaridad a su escritura o Brent Weeks con su trilogía El Ángel de
la Noche, donde la fuerza, la venganza, el amor, la magia y las leyendas se
funden con gran soltura. La capacidad que tienen estos autores y otros muchos
más de crear historias tan mágicas como increíbles hace que sean escritores
indispensables para cualquier lector de fantasía. En cuanto a las películas y
series de influencia fantástica, siguiendo con la temática expresada mis
referentes son la trilogía de El señor de
los anillos y la trilogía de El
Hobbit, Furia de Titanes y su secuela y, aunque no soy gran seguidora, Juego de tronos.
En relación con la ciencia ficción, son
muchas las obras a citar como la saga Dune
de Frank Herbert o Fundación de
Isaac Asimov. Un aspecto que me encanta de la ciencia ficción es la capacidad
de recrear escenarios muy familiares en un ambiente de conflictos que bien pueden
ocurrir en el día de hoy. En cambio, con las series y películas, sí que tengo
un repertorio más grande con Stargate: la
puerta a las estrellas y sus secuelas televisivas, El Ministerio del Tiempo, Star Trek (las nuevas películas), Los Juegos del Hambre,…
Con respecto a la novela negra, Agatha
Christie es la escritora de las que más he leído. Los casos del detective
belga, Hércules Poirot, o de Miss Marple juntan la sencillez y el ingenuo,
creando enigmas increíbles que son descubiertos gracias a las habilidades intelectuales
y analíticas de sus grandes protagonistas.
No
obstante, la novela negra sueca, de rasgos opuestos a la inglesa, reúne tantos
ingredientes que la hacen más atractiva: una ciudad fría y oscura, un
protagonista atormentado, bosques de leyenda… en esta línea, el fallecido
Heninn Mankell es el gran maestro de la novela negra. También en el ámbito
español, hay un ejemplo que suena con mucha fuerza: Dolores Redondo y su
trilogía del Baztán, con resonancias de la novela negra sueca, la escritora ha
creado una historia de investigación y asesinato en torno al mágico valle del
Baztán en Navarra y si tuviera que quedarme con alguna referencia visual, sin
duda sería Mentes Criminales.
Estos no son solo los ejemplos que
conforman mi biografía propia lectora y audiovisual. Creo que el cómic y el
manga tienen mucho que aportar como herramienta visual en muchos aspectos como,
por ejemplo, Neon Génesis Evangelion,
El Puño de la Estrella del Norte,
Caballeros del Zodiaco o Sailor Moon.
Aunque éstas sean las líneas novelescas y
audiovisuales que más me han marcado, hay una novela que no pertenece a ninguna
de estas tendencias, pero que pondría encima de todas ellas: El Club de la Buena Estrella, de Amy
Tan. Es una historia pequeña, con tintes biográficos de la escritora, que nos
relata a modo de cuento y con base en la tradición antigua china, las historias
de unas mujeres que decidieron ser dueñas de sí mismas y buscar un lugar mejor
en América a mediados de los 50.